No Vemos las Cosas Como Son, Las Vemos Como Somos

Fernando Martínez Llarena

6/27/20244 min read

Nuestro filtro personal subjetivo
Nuestro filtro personal subjetivo

La Percepción: Un Filtro Personal

La percepción humana es ante todo un proceso complejo y muy subjetivo. Cada uno de nosotros interpreta el mundo que nos rodea a través de un conjunto personal de experiencias, creencias y emociones (e-c-e). Es como llevar unas gafas con lentes de colores; estos lentes simbolizan la manera en que los filtros, e-c-e, distorsionan la realidad. Así, lo que vemos no es una representación objetiva del mundo, sino una versión subjetiva de quiénes somos.

Nuestras experiencias pasadas juegan un papel fundamental en la manera en que percibimos las situaciones actuales. Por ejemplo, una simple demora en la respuesta de un mensaje de texto puede interpretarse como una señal de desinterés o rechazo, mientras que otra persona podría verlo como un evento trivial. Si creemos que la gente es inherentemente de confianza, es probable que interpretemos sus acciones de manera más benevolente que si creemos que no lo son, y así nos sentiremos permanentemente amenazados.

Este filtro personal de percepción afecta a nuestras relaciones y decisiones, tanto en el ámbito laboral como en el familiar. En una situación cotidiana en el lugar de trabajo, un comentario hecho por un colega puede ser interpretado de distintas maneras dependiendo de nuestras expectativas y experiencias previas. Para algunos, puede ser una crítica constructiva; para otros, una afrenta personal. Esta diferencia en la percepción puede llevar a malentendidos y conflictos, afectando el bienestar general y la armonía en el entorno laboral.

En el ámbito familiar podemos poner el ejemplo de una discusión familiar. Dos personas pueden recordar un mismo evento de manera completamente diferente, cada una filtrando la información a través de sus propias 'gafas'. Estas divergencias no solo afectan la manera en que recordamos los eventos, sino también cómo reaccionamos ante ellos, influyendo en nuestras decisiones futuras y en la calidad de nuestras relaciones interpersonales.

Reconocer que todos llevamos nuestras propias 'gafas' es el primer paso para comprendernos mejor a nosotros mismos y a los demás. Este entendimiento puede fomentar la empatía, mejorar nuestras relaciones y ayudarnos a tomar decisiones más equilibradas y conscientes.

El Poder de la Auto-Conciencia

Para empezar el camino donde uno en un principio está perdido, es importante considerar la ayuda de una persona que te guíe, que te ayude a emprender el camino con unas herramientas que puedas utilizar en tu día a día. El coach en este sentido tiene la experiencia personal de haber atravesado ya gran parte de ese camino, y junto con métodos y técnicas de inteligencia emocional, te puede guiar para empezar a ver las cosas desde otro punto de vista.

La auto-conciencia es una gran herramienta para reconocer y ajustar esos filtros personales e-c-e que influyen en nuestra percepción del mundo. Comprender cómo nuestras propias creencias y emociones moldean nuestra visión es esencial para desarrollar una percepción más equilibrada y objetiva.

Una de las técnicas más efectivas para mejorar la auto-conciencia es la meditación, un momento de soledad donde poder estar con nosotros mismos apartados de ruidos externos. Practicar la meditación regularmente te ayuda a reflexionar, a observar tus pensamientos y emociones sin juzgarlos, permitiéndote identificar patrones y creencias que podrías no haber notado antes. Comienza con sesiones cortas de 5 a 10 minutos, aumentando gradualmente el tiempo a medida que te sientas más cómodo. La clave es la consistencia y la paciencia.

Hay otras personas que les gusta escribir y la práctica de la escritura de un diario les puede resultar muy útil. Dedicar unos minutos al día para anotar tus pensamientos y sentimientos puede ofrecerte una perspectiva más clara de tus procesos mentales y emocionales. Escribe sobre tus experiencias y reflexiona sobre cómo te hacen sentir y por qué. Pregúntate a ti mismo si tus reacciones son proporcionales a la situación o si están siendo influenciadas por creencias subyacentes.

La auto-conciencia no es un destino, sino un viaje continuo. Cada día ofrece nuevas oportunidades para aprender más sobre uno mismo y ajustar esos filtros personales. Con el tiempo y la práctica, puedes experimentar una transformación significativa en cómo percibes y respondes al mundo que te rodea.

Cambiar Nuestra Visión del Mundo

Cambiar nuestra visión del mundo comienza con la transformación de nuestra propia percepción interna. Este proceso implica adoptar una mentalidad de crecimiento, de aprendizaje, que nos permite ver los desafíos como oportunidades y las limitaciones como puntos de partida para el desarrollo personal. Cambiar nuestra percepción interna no es una tarea sencilla, pero con determinación, la ayuda de un coach especializado y las herramientas adecuadas, es completamente posible.

La mentalidad de crecimiento y aprendizaje nos anima a desafiar nuestras creencias limitantes, esos pensamientos arraigados que nos dicen que no podemos alcanzar ciertas metas o que no somos lo suficientemente capaces. Al identificarlas y cuestionarlas, podemos reemplazarlas por creencias más positivas y acordes con quienes realmente somos.

Adoptar nuevos hábitos también es crucial para cambiar nuestra perspectiva, como la práctica de la meditación, ya explicada arriba .Es una herramienta que nos permite conectarnos con nuestro yo interno y observar nuestros pensamientos sin juicio. Ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, promoviendo una visión más clara y positiva del mundo.

Existen numerosos testimonios de personas que han logrado grandes cambios en sus vidas al cambiar su percepción. En el apartado de experiencias de clientes, que puedes ver en la página de inicio de la web, se puede observar el proceso transformador que una sesión continuada de coaching puede lograr.

En resumen, transformar nuestra visión del mundo requiere un esfuerzo consciente para cambiar nuestra percepción interna. Al adoptar una mentalidad de crecimiento, de aprendizaje continuo, de desafiar nuestras creencias limitantes y adoptar nuevos hábitos positivos, podemos ver el mundo con una perspectiva más abierta y positiva. Este cambio no solo nos empodera, sino que también nos permite vivir una vida más plena y con mayor bienestar emocional.